Fuimos a visitar comercios: la peluquería de la mamá de Daniel donde se hizo una mecha de color todo aquel que quiso, el mercado, la tienda donde trabaja la madre de Aroa, desayunamos en Candelaria y entramos en Imaginarium donde nos estaban esperando para explicarnos los entresijos de la tienda.
Fueron muy amables con nosotros, nos trataron fenomenal y como también nos portamos muy bien nos regalaron un molinillo al finalizar la visita. Con él en la mano nos fuimos rumbo al parque a ver el nuevo mirador (desde el que no se ve nada a la altura de los niños, por cierto) y para rematar la mañana a jugar un ratito en el parque que está junto a La Caleta.
Gracias a Carlos de Pando y a Oliva Cordero por echarme el cable con los niños y a los comercios que nos acogieron con tanta paciencia y cariño.
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